(Lo último que queda de resaca)
Un día antes del 24 pasamos una madrugada extraña en tu casa, recuerdo que juntos sentados en el sillón criticábamos los platillos navideños, era un recetario y no te decidías que querías; no se me olvida que te serviste algo de whisky, lloraste un poco y prometiste llenar todos mis vacíos, incluso aquel hoyo en el esófago que tengo por herencia. Y lo cumpliste, sin más... llenaste esos vacíos que durante años no me habían dejado tranquilo. No te terminaste el pasport , lo abandonaste y simplemente te perdiste en la música de una banda española; así como EBTG nunca saldrá de mi añoranza, tampoco "Elefantes" se me borra, aunque mucho tiempo fue como un nebuloso recuerdo el sonido de esa banda, pero después de volver a escucharlos me di cuenta de que esa madrugada estabas muy triste. Al final nos quedamos dormidos en el sillón, a penas si cabíamos pero así permanecimos hasta las 6 a.m., siempre salía contento de tu casa, me gustaba sentir el helado viento y saber que horas más tarde de nuevo nos encontraríamos. No pasó mucho, te sentías mal, con nauseas, vómito y espantosos dolores de cabeza, ja... me comentaste que tus compañeros de trabajo se "burlaban" y decían que "estabas embarazada; por cierto, te dio una especie de "paranoia" con eso. Yo estaba muy tranquilo, por raro que pareciera y debido al estado como dopado en el que me encontraba gracias a ti, nunca me preocupé si realmente no "era una paranoia"; me hubiese gustado tener una niña, la pequeña Aye, tu siempre hacías cara de sorpresa a las historias que me inventaba sobre nuestras hijita. Y no tengo porque ocultarlo, hasta la fecha en ocasiones me imagino cargando a la pequeña Aisha, toda llorosa esperando a que su Mamá saliera del trabajo, seguro al verte la niña sonreiría y estiraría sus brazos para estar contigo... SI... lo se, sigue sonando extraño en mi, pero no hubiese estado mal; no hay duda, vale la pena permanecer así, aunque el tiempo va abriendo más mi hernia esofágica y todo se vuelve confuso y borroso, siempre acudir a nuestros momentos es más emotivo que "intentar estar con alguien más".
Un día antes del 24 pasamos una madrugada extraña en tu casa, recuerdo que juntos sentados en el sillón criticábamos los platillos navideños, era un recetario y no te decidías que querías; no se me olvida que te serviste algo de whisky, lloraste un poco y prometiste llenar todos mis vacíos, incluso aquel hoyo en el esófago que tengo por herencia. Y lo cumpliste, sin más... llenaste esos vacíos que durante años no me habían dejado tranquilo. No te terminaste el pasport , lo abandonaste y simplemente te perdiste en la música de una banda española; así como EBTG nunca saldrá de mi añoranza, tampoco "Elefantes" se me borra, aunque mucho tiempo fue como un nebuloso recuerdo el sonido de esa banda, pero después de volver a escucharlos me di cuenta de que esa madrugada estabas muy triste. Al final nos quedamos dormidos en el sillón, a penas si cabíamos pero así permanecimos hasta las 6 a.m., siempre salía contento de tu casa, me gustaba sentir el helado viento y saber que horas más tarde de nuevo nos encontraríamos. No pasó mucho, te sentías mal, con nauseas, vómito y espantosos dolores de cabeza, ja... me comentaste que tus compañeros de trabajo se "burlaban" y decían que "estabas embarazada; por cierto, te dio una especie de "paranoia" con eso. Yo estaba muy tranquilo, por raro que pareciera y debido al estado como dopado en el que me encontraba gracias a ti, nunca me preocupé si realmente no "era una paranoia"; me hubiese gustado tener una niña, la pequeña Aye, tu siempre hacías cara de sorpresa a las historias que me inventaba sobre nuestras hijita. Y no tengo porque ocultarlo, hasta la fecha en ocasiones me imagino cargando a la pequeña Aisha, toda llorosa esperando a que su Mamá saliera del trabajo, seguro al verte la niña sonreiría y estiraría sus brazos para estar contigo... SI... lo se, sigue sonando extraño en mi, pero no hubiese estado mal; no hay duda, vale la pena permanecer así, aunque el tiempo va abriendo más mi hernia esofágica y todo se vuelve confuso y borroso, siempre acudir a nuestros momentos es más emotivo que "intentar estar con alguien más".