Thursday, January 11, 2007

HOTEL ABISMO


"y por eso mis manos lloran y la noche sangra por tanta estupidez y carne. la radio emite verdades que son ahora maldiciones desnudas". (Luis Martignon † )

Solo era un rumor, yo no lo creía, por más que mi amigo Luis Martignon era un gran bebedor, no concebía que hubiese muerto. Pero desgraciadamente pasó, fue arrollado por un auto, no fueron los días despertando con tinto, tampoco los desamores que eran igual de peligrosos que su afición por todo tipo de drogas; fue un tipo conduciendo una máquina salvaje el que "se llevó" al buen Martignon.


En memoria de Luis Martignon

"y por eso mis manos lloran y la noche sangra por tanta estupidez y carne. la radio emite verdades que son ahora maldiciones desnudas".

posted by luis martignon 12:40 AM ""...



HOTEL ABISMO

JUAN BEAT

Para Luis Martignon (RIP)

Como en los viejos tiempos,
cerveza,
Sabina,
historias del Hotel Abismo,
Luis Martignon y su periodismo gonzo;
y también como en esos tiempos,
almas rotas
mujeres intentando "suicidarnos";
hubo lágrimas
combinadas con mezcal
y consejos de como no cortarse la yugular,
parece que ese es nuestro camino,
veladas tranquilas,
sentir un viento que nos vapulea
y después de tambalearse y caer,
cerrar los ojos
y muy temprano por la mañana
sabes que ella ya no está,
pero un ---Juan ya no te jodas----
da un poco de más aliento
para ser un huesped no tan frecuente
del Hotel Abismo.

SOBRE VIVIR
LUIS MARTIGNON
Sobrevivo gracias a los vestigios que has dejado en mi memoria. Ellos son redimidos por algunos colores teñidos del perfume de la melancolía. A veces, algunos objetos me devuelven el aliento, y éstas fotografías a dos colores que hacen respirar mi tumba.
Las imágenes de paseos por la tarde, las hojas cayendo, el viento en la cara, o el suéter en particular que tanto te gusta. O de la taza de café por la mañana que me hacía vomitar, Se puede ser cursi cuando se quiere demasiado. La solemnidad y el desmadre son sólo pantallas para los que no se saben a sí mismos.
Sobrevivo con tanta ropa sucia, con mi luto penando por las calles. Me hacen ver las horas con ganas de vivir las canciones que son nuestras, sobre todo las rutas y pasajes conquistados en ésta ciudad ceniza. No se puede ir por ahí como si nada, haciéndose pendejo, o trabajando como un condenado, sin darse cuenta que hay pequeñas brechas, grietas por donde hicimos historias y vuelos, destellos de magia contra la soledad presente.
Me dan fuerza algunos libros, varios poemas, una promesa a cuestas y el saco negro que tanto te gustaba. Vuelvo en mí cada vez que logro acariciar la sonrisa de tus alegrías en mi espalda, y el misterioso brillo de los ojos cuando sabías decirme todo.
Tengo que sobrevivir más que un exiliado, más que los malditos que vagan por mi calle, más que con mi pistola debajo de la almohada. A veces no puedo, y soy un muerto que yace en una cama cualquiera, o un fulano de tal mirando pasar el tráfico, un culo sentado en el baño, una marea de sal en una noche de invierno.
Y cuando más me vuelvo loco, cuando ya no hay más que perder, tirado el vaso, seco el cañón, mierda hasta el cuello, cuando no puedo ser ni sentir, y todas las posibilidades están devorando mis anhelos, consigo quizá un poco de valor, de la música que nos dio vida, y escribo algunas líneas, le gano noche a la noche, bailo y me desnudo usando un poco de tu no me olvides y presagio encontrarte en cualquier espacio en que no estás.



No comments: