Estuve enamorado de una mujer que amaba a Slaugther, eso fue en el segundo semestre del cch; ja… recuerdo que nos odiábamos en el 1 semestre. ¿Y quién no? Ante un cambio tan duro de la secundaria ñoña, a un sistema en el que se podía hacer lo que fuese. Y no me di cuenta, como siempre, cuándo Edna y yo nos hicimos amigos, aunque ella tenía novio no importaba, él nos veía juntos desde las 10 am hasta las 2 pm, a mi tampoco me importaba que él pasara por ella ceca de las 2 pm, mientras que yo me quedaba en clase de inglés. Después de niñitas pendejas en la secundaria, encontrarme con una chica que fumaba en plena clase y llevaba la cabellera rizada muy larga, para mi fue el primer gran amor idílico. Edna amaba a Slaughter, a Guns y Metallica… ja, mi primera cita amorosa fue cuando juntos vimos a Guns, n Roses. Ella gritaba como loca al escuchar a Axel Roses, y yo, fui feliz por primera vez estando con Edna y Guns. Creo que ese fue el primer link “fucking love-songs-sounds”; después habría muchos, pero ahora que lo pienso, esos 3 meses juntos, es decir, cuando terminó con su novio y decidió compartir su maldad / música / vicios, ha sido mi primer contacto con la droga perfecta; tanto que la única vez que me atreví a liarme a golpes fue porque en taxqueña un tipo dijo algo sobre su trasero embarrado en aquel pantalón negro. No supe cómo pero tiré un par de puñetazos y aquel tipo se sorprendió tanto (casi como yo), que se esfumó. Edna solo me tomó del brazo y me tranquilizó colocándome un audífono del walkman. Recuerdo que sonaba “True colors” de Cyndi Lauper, y con eso aprendí algo acerca de los vínculos emocionales-musicales. Hasta ahora que desempolvé aquellos acetatos de Slaugther, recordé la felicidad que me daba cuando Edna, justo a las 2 en punto se acercaba a la ventana del laboratorio de química y hacía cantidad de señales para llamar mi atención. Me gustaba la clase de química, pero me gustaba más saber que Edna estaría esperándome para subir juntos al bus y sin mucho problema compartir los audífonos de un sony walkman auto-reversible.
Así como comenzó, no me di cuenta qué día terminó… creo se enamoró de alguien más, mientras que yo me volví sofisticado y dediqué un par de años al hockey sobre hielo; mi vida se fue en dientes, casi en un par de dedos y en el tabique nasal, sin embargo, esa etapa de “violencia encubierta” la pasé bien, conocí a Laura, pero me dejó porque no quise follar con ella. Mierda, a los 18 años en los 90´s, yo solo quería un walkman digital, un stick bauer y descubrir más acerca de Herbie Hancock.
Ya no conservo mi stick bauer, tampoco los dientes originales, pero si el fly to the angels de Slaugther que Edna me regaló; quisiera así conservar fetiches de muchas más mujeres, ja… unas no me dieron nada material ni emocional, y las que me dieron “todo”, al final yo lo convertí en amargura. Y no tengo nada de ellas, las vías del metro, el boiler de leña o el retrete se llevaron aquellos añorados objetos. Lo no material se perdió en tantas riñas y malas actitudes de mi parte.
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