Yo me burlé de muchas amigas que decían llegar hasta las lágrimas “teniendo a Bjork en frente” y ayer por la noche, al ver su carita y escuchar los primeros beats tuve una sensación extraña, como cuando he añorado a alguien por mucho tiempo y de repente aparece de nuevo. Es una emoción nostálgica- feliz, que provoca ese “reflejo” de querer llorar. Es sentirse cautivado y hasta cierto punto enloquecido, eso me pasó con Bjork, y no solo de momento como un “shock”, sino durante todo el transcurso del concierto. Quizá tengo demasiadas correlaciones entre ella como icono, su música y emociones, personas, momentos… Alguna vez pensé que ver a Everything but the girl sería demasiado debido a mis asociaciones emotivas, pero hasta ayer descubrí ese extraño feeling…
Jay Jay Johanson me ocasionó tremenda tristeza, más bien fue brutal… literalmente un chingo de gente a mi alrededor sucumbió ante su música, los ebrios, los chicos rave, los rude boys… ninguno pudo ocultar lo emocional que resulta escuchar: I hear your voice / I touch your hair / I see the traces / Everywhere / This house of ours / We used to share / My dream has turned / To nightmare… / Y no es para menos con Jay Jay, escribe realmente bien, sus canciones son todas historias hasta cierto punto trágicas, y eso quienes lo escuchamos nos dimos cuenta.
Así que valió la pena la travesía, no le veíamos fin al camino para encontrarnos con Bjork y Jay Jay, lo logramos, aunque luego nos perdimos, bueno yo me moví, hacía frío, no había cerveza y si muchas chicas bailando sin importarles lo monótono de Masterkraft. Estuve de vouyerista entre escotes, cabellos alocados, cuerpos perfectos y rostros dulces, por su puesto, sin intentar acercarme si quiera para provocar una plática, seguro me mandarían a la mierda, quién va a querer conocer a un “mugroso”, “terroso”, marica, sobrio… y realmente solitario como yo.
No había buena cobertura del móvil, casi sin crédito y dando vueltas al término de Jay Jay para encontrarme con los demás, al final “Jurgen” me salvó, porque el mentado cañón ese está hasta “el último lugar del mundo”, tuvo la amabilidad de esperarme, aún sin conocerme, sin saber que tan confiable podría ser yo, le bastó con lo que Marcela Saiffe le dijo sobre mi voluble persona; siempre se agradecen esos gestos de desinteresada ayuda. Me hubiese gustado ver a Marcela, pero tampoco era cuestión de ser inoportuno… ya habrá tiempo de beber juntos esa cerveza “superior” que me dio tanto gusto re encontrarla.
Llegué al DF pasadas las 4 pm, adolorido, los labios partidos y con mucha sed; no traía un peso más, solo mis boletos del metro, un par de ampollas en la planta del pie… y la “felicidad / nostalgia – tristeza” que Bjork y Jay Jay Johanson me dejaron; quizá nunca experimente esa misma sensación casi histérica de llorar por alguien arriba de un escenario.
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Now playing: She Doesn't Live Here Anymore - Jay Jay Johanson
via FoxyTunes
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